viernes, 15 de noviembre de 2019

Trabajo Práctico n° 14: Heidegger, Fenomenología de la vida religiosa

Metafísica
Lunes 11 de noviembre de 2019

Práctico sobre la Fenomenología de la vida religiosa en Martin Heidegger

Tesis 1 Metodológicamente, el acceso a una fenomenología de la religión , antes de establecer el objeto de la religión requiere partir de una experiencia religiosa genuina. Y ésta no es otra que la genuina experiencia religiosa del cristianismo primitivo. La cual se expresó por primera vez en la carta paulina a los Gálatas, la Primera y Segunda Epístola a los Tesalonicenses y la Carta a los Romanos. Y estos fenómenos básicos de la vida fáctica cristiana allí consignados se encuentran en el núcleo fundacional de Ser y Tiempo. Para comprender esta tesis hay que atender que en esa fecha (1920) Heidegger ya ha roto con el “sistema del catolicismo” (carta a E.Krebs, 1919), lo cual no obsta para que el filósofo conserve impertérritas e imprescriptibles las raíces católicas que le iniciaron en el “camino del pensar” . Por ello no es de extrañar, en primer lugar, que la sustancia de estas lecciones pivota sobre las epístolas paulinas, para ilustrar la quintaesencia de la vida fáctica propia del cristianismo primitivo. En segundo lugar, buena parte de las lecciones son, a la vez, la continuidad y la ruptura de Heidegger respecto de la fenomenología de su maestro Husserl; lo que él disputa al método fenomenológico husserliano, partiendo de estos estudios de fenomenología de la religión (encargados por el propio Husserl) es que hay que afrontar una nueva forma de concebir la fenomenología; y esta reelaboración del método fenomenológico será capaz de hacer justicia a lo que  el filósofo de Friburgo llama vida fáctica, en la cual despunta el ejecutar la historicidad de la vida del hombre singular, y con estos dos puntales encaminar su tarea del pensar filosófico hacia la concepción de una ontología real y fundamental, no meramente formal o especulativa. Con lo cual, concluye, estamos aquí, antes que ante una fenomenología de la religión, con una fenomenología de la vida fáctica cristiana; definida, a su vez, por la tribulación ante la Venida del Mesías, y los signos precursores del misterio de la iniquidad, el hombre de la perdición y el Anticristo.

Antítesis 1: En esa encrucijada de su camino del pensar, el joven Heidegger, ha roto con “el sistema del catolicismo” (verbigracia, rompe con teologías especulativas, teoréticas y escolásticas, que traicionarían u olvidarían la experiencia originaria de la vida fáctica del cristianismo primitivo), y el filósofo friburgués le achaca a esos teólogos, además, su contaminación con la filosofía griega o helenística; pero lo hace habiéndose orientado alternativamente hacia las exégesis paulinas de Martín Lutero; con su ácido desprecio hacia la filosofía, hacia Aristóteles y, tras él, descalificando lapidariamente la Suma Teológica como las de santo Tomás de Aquino, y análogas, todas ellas lacayas de la “razón prostituta”. Otros fenomenólogos de la religión, que le antecedieron, como Scheler (Lo eterno en el hombre) o Adolf Reinach, que elabora una “teoría de la vivencia religiosa como vivencia del Absoluto”, vinculan el método fenomenológico, de prosapia husserliana, con una inagotable sed de lo Eterno y de lo Infinito , Como buen discípulo de la fenomenología que es, Heidegger analiza la vivencia religiosa, siguiendo aquí a Adolf Reinach, para quien hay que considerar los polos noéticos (subjetivos) y noemáticos (objetivos). Y la “noesis” se daría, fenomenológicamente, en la experiencia religiosa que está en relación con la premonición de sucesos temporales (vgr. la muerte). El “noema” de la experiencia religiosa fundamental, se daría en Dios, dado como lo absoluto; pero este absoluto no es lo absoluto en el sentido de lo infinito sin límites, de lo infinito extensivo, sino de lo infinito en el sentido de la plenitud ilimitada. Y los términos “Dios”, como “justicia” u “omnipotencia” son para los fenomenólogos datos inmanente de la vivencia misma y no explícitos. Para Heidegger el mérito de Reinach aquí es haber destacado la “importancia de la vivencia religiosa bañada en la gracia, opuesta, por lo tanto, a todo lo actitudinal teórico, para elaborar una fenomenología de la religión”. Por eso el filósofo friburgués, luego de esta larga introducción metodológica, propone una fenomenología de la religión, como vimos, centrada en la “experiencia originaria de la vida fáctica” del cristianismo primitivo. Y esta, dijimos, está definida por la tribulación ante la venida próxima del Mesías, y los signos precursores de la venida del Anticristo, el hombre de la perdición, el no amor a la verdad que salva…
El problema reside aquí en que esta concepción heideggeriana prefigura, en ciernes, su tanatología de Ser y Tiempo (el ser para la muerte) y el “Apocalipsis del ser”, que una gnosis esotérica y especulativa, está secularizando la esjatología y el apocalipsis que el usa de puntales en sus exégesis de las cartas de san Pablo,… o de san Agustín, o de la mística medieval, o Duns Escoto, o Meister Eckart… y todos los pensadores en los que abrevó tempranamente, en las raíces católicas del camino del pensador Heidegger.

lunes, 28 de octubre de 2019

Segundo examen parcial metafisica 2019

Parcial 2
Metafisica 2019

lunes 11 de noviembre de 2019. 8.30 hs.  Instituto de epistemología.

Recuperación  de uno de dos parciales: lunes 18 de noviembre de 2019. 8.30 hs.  Mismo lugar.
Temario:
1. Clases teóricas
2. Rosenzweig, F. La estrella de la redención (Selección de textos)
3. Heidegger, M., “Superación de la metafísica” y “El final de la filosofía y la tarea del pensar”
4. Heidegger, M. "Un diálogo acerca del habla (Sprache)-Entre un Japonés y un Inquisidor”
5. Pöggeler, O., El camino del pensar de Martín Heidegger. Cap. 10

Fabián.

domingo, 27 de octubre de 2019

TP N° 13: diálogo entre un japonés y un inquisidor

Trabajo Práctico Metafísica / Lunes 28 de Octubre 2019

nota: a entregar impreso en la cátedra hasta el miércoles 5 de noviembre.


De "Un diálogo acerca del habla (Sprache)-Entre un Japonés y un Inquisidor (M.Heidegger)-"
En Heidegger, De camino al habla. Págs. 77 a 140.

Tesis 1: El habla (el lenguaje) es la casa del ser, dice Heidegger, metafóricamente. Los japoneses, por su parte, dicen necesitar de los conceptos de la estética occidental para asir algo como arte y poesía japonesa, y en ellos un acceso a la verdad. Heidegger inquiere sobre esa presunta necesidad de los conceptos, y advierte que de ser así se estaría rebajando la propia dignidad del habla extremo oriental. Y con ello dificultaría o imposibilitaría la posibilidad de un diálogo entre el Japonés (J) y el Inquiridor (I). Lo que intentaba el diálogo era decir lo esencial del arte y de la poesía japonesa. Y la lengua del diálogo, forzadamente europea (el alemán), destruía incesantemente la posibilidad de decir lo que estaba en cuestión. Cuando nombré al habla (Sprache) como la casa del ser, con poca fortuna –dice Heidegger-, estaba diciendo que el hombre en tanto habla vive en el requerimiento del ser; y los europeos vivimos en una casa muy diferente que la de los japoneses. Un diálogo de casa a casa resulta, pues, casi un imposible, concluye el inquiridor aquí. Pero tanto mi maestro (el conde Kuki, en los años 20) vino aquí a estudiar con usted, y dialogaba excitantemente, y esos diálogos pivotaban en torno al habla y al ser. Efectivamente, responde Heidegger, ya en 1915 (con 26 años) en mi trabajo de habilitación (para obtener la venia docente) trabajaba el tema de “La doctrina de las categorías y las significaciones en Duns Scoto” (reuniendo tempranamente habla y ser). “Doctrina de las significaciones” nombra tradicionalmente el ser de lo existente, y “doctrina de la significación” quiere decir la gramática especulativa, la meditación metafísica sobre el habla en su relación con el ser, apunta Heidegger. Esas relaciones entre habla y ser, sin embargo, eran aun algo opacas. Le tomó quizá por eso doce años de silencio hasta que publicó Ser y Tiempo (1927), dice el japonés. No hay que olvidar que desde esta magna obra filosófica le revolución del pensar el ser heideggeriana instituyó al tiempo (die Zeit) como el horizonte de comprensión del ser (das Sein). Pero la relación habla-ser (y tiempo) se mantenían aun allí en un segundo plano, dice el japonés. Pero estaban allí presentes, replica Heidegger; ya desde 1921, añade, en que di el curso (Ausdruck und Erscheinung) Expresión y Manifestación, ya me aproximaba a preguntas acerca de la poesía y del arte. Era la época del expresionismo; y, más aún, incluso antes de la Primera Guerra Mundial, cuando era estudiante leía la poesía de Hölderlin y Trakl (en relación al decir poético), dice el filósofo de Friburgo. Y antes aún, en el verano de 1907, me topé con la cuestión acerca del ser, en forma de disertación de Franz von Brentano, el maestro de Husserl, que lleva por título “De la significación múltiple de lo existente según Aristóteles”, fechado en 1862; y  ése, añade, fue mi primer hilo conductor a través de la filosofía griega durante los años del liceo. Y quizá usted, dice Heidegger, como profesor de literatura alemana, que conoce y aprecia particularmente la obra de Hölderlin, se le confirme un verso del poeta en la cuarta estrofa del himno el Rhin: “Pues tal como comenzaste, tal permanecerás”. Aquí yace el nudo inextricable e inconsútil que une el ser y el habla en el decir originario de la poesía (de Hölderlin).
Antítesis 1: Franz Rosenzweig, es el autor contemporáneo más revolucionario en relación al vínculo entre hablar y ser (y tiempo) cuando establece la tesis del pensar dialógico. Este judío alemán, un poco mayor que Heidegger, ha sostenido en su obra magna, La Estrella de la Redención (Der Stern der Erlösung), que la diferencia fundamental para discernir el pensar cabalmente filosófico se encuentra en la distancia entre el monólogo y el diálogo, un pensamiento atenido a lo lógico o monológico, o atenido a lo gramatical o cabalmente dialógico. El monólogo es idealista y esencialista, el diálogo es siempre realista y existencial. Sólo el “pensamiento nuevo” puede albergar la esperanza de renovar la filosofía “gramaticalmente”, abandonando el pensar (sólo) lógico. Y “la diferencia entre el pensamiento viejo y el nuevo, entre pensamiento lógico y pensamiento gramatical, dice Rosenzweig, no reside en el tono alto o bajo, sino en necesitar al otro o, lo que es lo mismo, en tomar en serio al tiempo”. Y ése es un guante arrojado al ilustre gremio de los filósofos, que venían filosofando como si el filosofar consistiera en pensar en los elementos del antemundo perenne (los protofenómenos mentales de Dios, hombre y mundo). Siguiendo esa senda del pensar lógico a lo más que se puede llegar, como se llegó y se sigue llegando, es a la filosofía del es; a preguntar qué son las cosas. Y esas inquisiciones dejan en absoluto aislamiento a todas las facticidades o protofenómenos del pensar (Dios, mundo, hombre). Y “piensan” a Dios como solo Dios, al hombre como solo hombre y al mundo como solo mundo. Les falta la correlación; de allá que el pensar nuevo, pensar dialógico o gramatical se presente no como la filosofía del “es” sino la filosofía del “y”. Pensar dialógicamente connota aquí, pues, pensar en la correlación Dios Y Mundo, Dios Y Hombre y Hombre Y Mundo. El pensar filosófico es de cuna pagana (sin significar esto una calificación o descalificación de ningún tipo); y el creer es de cuna teológica judeocristiana. De ahí que el filosofar, desde la matriz pagana, se ha pensado formando un triángulo filosófico con los protofenómenos de los elementos del perpetuo antemundo, dice Rosenzweig, con el aislamiento recíproco de Dios, hombre y mundo, o, dicho como disciplinas del pensar, como teología, antropología y cosmología. Pero dicho triángulo, superponiéndolo, se correlaciona a su vez con otro triángulo invertido, este teológico, donde la correlación entre Dios Y Mundo, forma el teologúmeno Creación; la correlación entre Dios y hombre, se nombra con el teologúmeno Revelación; y la correlación entre hombre y mundo, se designa aquí teológicacmente como Redención. Es así que si se superponen los dos triángulos invertidos queda conformada una nueva figura, la Estrella de David. Y en este camino del pensar dialógico o gramatical (con la gramática de la Creación, de la Revelación y de la Redención), abre un camino para pensar en la eficacia, de todo diálogo, que no necesita recurrir a hiperbólicas poéticas, que nombren lo sagrado, y a sublimados pensamientos que nombren el ser, como postula Heidegger, para pensar filosófica y teológicamente en la eficacia de un diálogo, también entre un japonés y un alemán, o entre quienes quieran se atengan a que la existencialidad del decir el ser temporal es atenerse a sólo dos requisitos: “necesitar del otro para lo más propio, y, lo que es lo mismo, tomar en serio al tiempo”. Alteridad y Temporalidad reales son los dos elementos constitutivos del cabal decir del ser.

Tesis 2: La articulación madurada entre decir, ser y tiempo son en Heidegger el fruto sinérgico de una Ontología Fundamental, que entrelaza metodológicamente, Fenomenología (tras las huellas de Husserl) y Hermenéutica (tras las huellas de Dilthey). El japonés inquiere al filósofo alemán respecto del origen de su ocupación con la “hermenéutica”. Y éste le responde que ya aparece en los borradores de Ser y Tiempo. Pero, veremos, la procedencia se retrotrae ya a sus tempranos estudios juveniles de teología. Y la meditación acerca de habla, ser y tiempo han determinado desde el comienzo el camino del pensar heideggeriano. Y en ellos se encuentra, asimismo, la determinación que proviene de la hermenéutica. En los tempranos años 20 el filósofo friburgués hablaba de “fenomenología hermenéutica” y sus discípulos japoneses no lograban, vueltos a Japón, explicar suficientemente qué significaba eso. Treinta y cinco años después, este renovado diálogo entre un japonés y Heidegger retoma la cuestión de esta “fenomenología hermenéutica”, y qué significa este carácter de “hermenéutica”. “La noción de ´hermenéutica´ me era familiar desde mis estudios de teología, dice Heidegger. En aquella época estaba particularmente involucrado en la cuestión de la relación entre la palabra de la Escritura Sagrada y el pensamiento especulativo de la teología. Era, si usted quiere –añade-, la misma relación, o sea, entre habla y ser, sólo que velada era inaccesible para mí, tanto que en ano busqué por muchos desvíos y extravíos un hilo conductor”. Usted, le dice el japonés, por su procedencia (Herkunft) y sus estudios de teología, tiene un origen muy distinto de aquellos que desde fuera leen alguna cosa para saber lo que pertenece a ese ámbito. Y el filósofo de Friburgo responde: “Sin esta procedencia teológica no hubiera llegado nunca al camino del pensamiento. Pero procedencia también es siempre porvenir (Herkunft bleibt stets Zukunft). “Tal como comenzaste, tal permanecerás”, eran las palabras del poeta Hölderlin evocadas por Heidegger, en este mismo diálogo sobre el habla con el japonés.
Antítesis 2: Así como Heidegger significó una revolución en la metodología fenomenológica inaugurada por su maestro Husserl, donde el añadido de la hermenéutica (de la vida fáctica) y temporalidad o historicidad es de capital importancia, inaugurando con ello una nueva vía fenomenológica, luego, Emmanuel Levinás, pensador judío lituano francés, primero, y Michel Henry, pensador cristiano francés, después, significaron a este respecto una revolución fenomenológica, de significación disruptiva trascendente. Sin salir, respectivamente, de las fuentes judías y cristianas de su pensar, concibieron una obra rigurosamente filosófica y fenomenológica que se desmarcaban tanto de Husserl como de Heidegger. En ambos se trataba de una resignificación de algunas cuestiones nodales del método fenomenológico husserliano, y, mutatis mutandi, heideggeriano: la intencionalidad, la representación, la subjetividad, la objetividad, la manifestación, el decir, la verdad y el ser. Para esta antítesis que atiende a la relación de hablar, ser y temporalidad o historicidad se considerará aquí, particularmente, la obra de Henry Yo soy la verdad –Para una filosofía del cristianismo-. Henry, contundentemente, piensa contra el “giro lingüístico” y el “giro histórico o historicista”, que más o menos veladamente, encarna Heidegger. Y ello en aras de meditar filosóficamente, con rigor, a que “llamaremos ´cristianismo´”, y qué es lo que el cristianismo considera como verdad. Una verdad que propone a los hombres “no como una verdad teórica e indiferente, sino como esa verdad esencial que les conviene en virtud de alguna afinidad misteriosa, hasta el punto de que es la única capaz de asegurar su salvación”.  Por de pronto, ante el concepto de verdad que domina el pensamiento moderno y que determina el mundo en el que vivimos, hay que reconocer aquí –al menos es lo que intenta Henry- “la insólita y escondida verdad propia del cristianismo”. En primer lugar, dice, “la verdad del cristianismo, no tiene nada que ver con la verdad que depende del análisis de los textos o de su estudio histórico”. Y la verdad del cristianismo no se deja reducir a la verdad de la historia. La verdad del cristianismo no se reduce nia que Jesús haya ido de aldea en aldea, suscitando admiración por sus dichos o hechos, ni se reduce a que el mencionado Jesús haya pretendido ser el Mesías, el Hijo de Dios, y como tal, Dios mismo. La verdad del cristianismo, dice Henry, es que aquel que se decía el mesías era verdaderamente Mesías, Cristo, el Hijo de Dios, nacido antes de Abraham y antes de los siglos, portador de la Vida eterna, que él comunica a quien le parece bien. Pero la verdad del cristianismo tampoco se deja reducir al lenguaje. Es más el Nuevo Testamento formula una crítica radical del lenguaje; y ello en virtud de que el lenguaje, el texto, deja fuera de sí la realidad verdadera, hallándose, pues, totalmente impotente respecto a ella, ya se trate de construirla, de modificarla o de destruirla. Y a esta impotencia inherente al lenguaje el Evangelio opone lo único que importa a los ojos del cristianismo, lo Esencial, el poder (ver 1 Cor 4, 20): “Que no está en las palabras el reino de Dios sino en el poder”, dice san Pablo. De aquí se desprende que el lenguaje, por sí sólo, añade Henry, no puede ser más que mentira. Y de ahí también la cólera de Crissto contra los profesionales del lenguaje, aquellos cuyo oficiio consiste en la crítica y el análisis de los textos hasta lo infinito –los escribas y los farieos “¡Raza de víboras! ¡Hipócritas! (Mt 23, 1-36). El lenguaje, el habla dice Heidegger, se ha convertido en el mal universal y hay que ver muy bien por qué. Lo que caracteriza a todo vocablo, acentúa el filósofo francés es s diferencia con la cosa, el hecho de que, en su realidad propia, no contiene nada de la realidad de la cosa. Y esta diferencia con la cosa explica su indiferencia para con la cosa. Y, por ello, el poder del lenguaje sacude la cosa y la retuerce hasta un delirio que todo lo consume, como dice Santiago (3,3): “…un poco de fuego basta para quemar todo un gran bosque. También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad”. Mal puede así el lenguaje o el habla decir a Dios. En su lábil ambivalencia con el habla bendecimos y maldecimos. De la misma boca proceden bendición y maldición, dice allí Santiago. De lo que se desprende que el lenguaje o el habla, en el fondo, sólo pueden maldecir. El decir no nos permite acceder a la verdad del cristianismo, dice Henry. Una de las afirmaciones más esenciales del cristianismo es que sólo su Verdad, del Cristo que afirma “Soy la Verdad”, puede dar testimonio de sí mismo. Esta Verdad es la única que tiene el poder de revelarse ella misma, es la Verdad de Dios. Es Dios mismo el que se revela, o Cristo con la investidura de Dios. La esencia divina consiste en la Revelación misma como auto-revelación, como revelación de sí, en sí, a partir de sí. Y que la Verdad absoluta, revelándose ella misma, se revele también a aquel a quien le es dado escucharla, es lo que convierte a quien la escucha en hijo de esta Verdad, en hijo de Dios. Las verdades de la historia y del lenguaje, o del habla, son en su impotencia e irrealidad idénticas. Aquí cabe preguntarnos por qué estas dos verdades, no contentas con dejar escapar lo que debería constituir su objeto, dejan escapar igualmente la verdad del evangelio, hasta el pun to de no poder decir una palabra respecto a él. Verdad de la historia, verdad del lenguaje y verdad del cristianismo son tres formas de verdad; pero, ¿por qué la tercera tiene el poder de arrojar a las otras dos en la insignificancia? Aquí, concluye Henry, es donde ha de ser oída la angustiosa pregunta que Pilato dirigía a Cristo, frente al tumulto del populacho excitado por los sacerdotes: “¿Y qué es la verdad?” (Jn 18,30)

lunes, 21 de octubre de 2019

TP N° 12: Heidegger. El final de la filosofía

Metafísica
Trabajo Prático Heidegger 2: Final de la filosofía y la nueva tarea del pensar
Lunes 21 de Octubre

Tesis 1
Heidegger sostiene que el final de la filosofía significa acabamiento de la metafísica. Acabamiento significa reconcentración sobre las posibilidades más extremas. Y la metafísica es, de arriba a abajo, platónica. Nietzsche mismo caracteriza su filosofía como una vuelta o revolución del platonismo. Pero, además, la filosofía se caracteriza desde su esencia y origen griegos el desarrollo de las diversas ciencias en el interior del terreno abierto por el filosofar. Y en tal desarrollo de las ciencias se produce el movimiento de emancipación de la propia filosofía. Y de allí que este final de la filosofía significa comenzó de la civilización mundial.

Antítesis 1
Inciarte y Llano  confrontan con Heidegger, afirmando que existe una metafísica al final de la metafísica decretada por el filósofo de Friburgo. Y, sean cuales fuesen las mediaciones de conceptos, juicios o pensamientos que recorren la parábola filosófica de Platón a Nietzsche y el comienzo de la civilización mundial, es posible una radical renovación metafísica que supere el cepo de la historificación del pensar desde Ser y Tiempo y la concomitante inmersión en el lenguaje, aunque fuese el del habla poética de Hölderlin –giro histórico y giro lingüístico, al fin y al cabo-, para acceder a la inmediatez metafísica que es capaz de captar el ser de las cosas tal como son de suyo. La metafísica, dicen estos filósofos españoles, es una utopía a la que no se puede renunciar, pero de la cual se vive. Y la utopía metafísica consiste en lograr un máximo e inmediatez. Ahora bien, la pura inmediación es algo que el hombre no puede obtener en este mundo, porque la mediación comparece siempre. Ahora bien, en la base de toda mediación hay inmediación, es así que en esta reside la tarea decisiva de una metafísica actual.






Tesis 2:
La filosofía, en la época presente, ingresa en su estadio final connotando ser una disciplina metafísica. Y ésta, a su vez, piensa el ente en su todo –mundo, hombre, Dios- mirando hacia el ser, manteniendo la mirada fija en la articulación del ente en el ser. Y piensa el ente en el modo de la representación, cuya tarea es fundar. Se manifiesta como Grund (fundamento, razón), y tal fundamento, por su arte se manifiesta como el estado de presencia del ente. Y en este surco se viene expresando en la kantiana posibilitación trascendental de la objetividad de los objetos, en la hegeliana mediación dialéctica del movimiento del espíritu absoluto, en el marxiano proceso histórico dela producción y en la nietzscheana voluntad de poder creadora de valores. Y todo ello va conduciendo al filosofar a una descomposición de la filosofía, que, en realidad, es, sin más, su acabamiento. En que la filosofía se transforma en ciencia tecnificada. Y esta se consuma, a su vez, en la nueva ciencia de base, la cibernética. Y esta función cibernética se restringe a ser un pensar instrumental y utilitario que desplaza y sustituye a un pensar meditativo y esencial, abierto a la significación ontológica.

Antítesis 2:
Desde Aristóteles a la ontología realista de la metafísica actual se viene sosteniendo la cabal legitimidad filosófica de indagar la verdad de las cosas; accediendo a ella por la connatural capacidad de aprehensión simple e inteligente de las esencias de las cosas. Sabiendo siempre, de buenas a primera, que las cosas tienen consistencia y en qué consisten las cosas. Y ello no permite sucumbir ni a los simplismos y reduccionismos de la razón instrumental, ni del pragmatismo del pensar utilitario, por un lado, ni tampoco se deja seducir por los esencialismos e idealismos que vienen enfermando al realismo y neutralizando la inmediatez perceptiva del sentido común. Lo que le pone a resguardo de los filosóficos cantos de sirena del kantismo, del hegelianismo, del marxismo o del nietzscheanismo. Y tampoco se deja apresar por los encantamientos esotéricos y gnósticos de la ontología fundamental heideggeriana.





Tesis 3:
Al final de la filosofía, en su acabamiento, se abre una nueva tarea del pensar. Tarea que sale al cruce de la destrucción en ciernes de la civilización mundial que expresa la ciencia tecnificada, con la imperial cibernética en su cima. Una y otra vez la filosofía tiene que consagrarse a pensar la cosa (die Sache, en alemán). Y ello, dice Heidegger, ya en 1807 cuando Hegel, en su primera parte del “Sistema de la Ciencia”, el todo de la filosofía, en su obra la Fenomenología del Espíritu, habla de la destinación del pensar “zur Sache selbst” (hacia la cosa misma). Y esa llamada “zur Sache selbst” está dirigida, en primer lugar, a la Ciencia de la Lógica. Y el acento aquí recae sobre “Selbst”, la subjetividad. Pues “lo verdadero de la filosofía –dice Hegel- no se lo puede captar ni expresar como substancia, sino, con toda decisión, como sujeto”. O sea, el asunto de la filosofía como metafísica es el ser del ente, consiste aquí en l estado de presencia en la figura de la sustancialidad y de la subjetividad. Y un siglo más tarde resurge este triunfo metafísico de la subjetividad, con Edmund Husserl, dice Heidegger. Y aquí, en el fundador de la fenomenología contemporánea, con una dirección distinta, acentuando la subjetividad de la conciencia. Y en estas meditaciones cartesianas para una filosofía fenomenológica se aboga por el “principio de todos los principios” que establece que la subjetividad absoluta es el asunto mismo de la filosofía. Pero en ambos, en Hegel y en Husserl, denuncia el filósofo friburgués, donde el asunto de la filosofía ha llevado su asunto propio, ya al saber absoluto ya a la evidencia última, se mantiene acaso tanto más encubierto algo distinto, y algo tal que pensarlo no puede pertenecer ya a la actividad propia de la filosofía. Aquí es donde comienza a elucidar Heidegger su pensar meditativo, introduciendo la dialéctica de la “a-letheia”, con su juego de des-encubrimiento y encubrimiento. En este lugar es donde llegamos a la Lichtung, al claro del bosque. Son los juegos heideggerianos del lenguaje donde la dimensión del aparecer se expone en un presente, que adviene necesariamente en una cierta claridad. Y la claridad juega en lo abierto y en lo abierto lucha contra su sombra. Y la luz puede visitar el claro en lo que éste tiene de abierto, die Heidegger, mas nunca la luz crea lo abierto; por el contarrio, ella, la luz, presupone a ésta, la Lichtung, el claro, donde campa “la libertad de lo abierto”. Pero de la luz y de lo abierto la filosofía no sabe nada, dice. Y la filosofía habla desde la luz de la razón (lumen naturale) pero no presta atención al claro del ser. Y toda la metafísica, reitera el pensador de la Selva Negra, habla la lengua de Platón. Y la palabra fundamental de su pensar, la palabra que expone el ser del ente, es eidos, idea, es decir, el aspecto en el que el ente se muestra como tal. Semejante aspecto es, sin embargo, una modalidad del estado de presencia. Ningún aspecto hay sin luz. Pero no hay luz, ni tampoco claridad, fuera del claro de lo abierto. Lucus a non lucendo, es una de las enigmáticas y polisémicas frases clásicas latinas que orlan este pensar heideggeriano, para nombrar este críptico y esotérico juego del encubrimiento y del desencubrimiento, en el que se impugna la larga historia de la metafísica platónica de la presencia (toda metafísica) desde la luz oscura que entre el denso follaje del bosque ilumina ese boscoso claro de lo abierto.

Antítesis 3:
Por detrás de toda la crítica heideggeriana a la representación, a la presencia y a la subjetividad en la historia de la metafísica, que es la historia del inveterado platonismo, late esa afirmación del encubrimiento y desencubrimiento esenciales que prodiga el ser, indisponible para el hombre, el sujeto o la conciencia. Y ello acontece en el claro de lo abierto y en su abrazo con la nada. Michel Henry en continuidad y ruptura con este pensamiento revoluciona la fenomenología retomando y radicalizando esta crítica del sujeto que pasa por ser el logro principal de la filosofía del siglo XX. Y remite su análisis, en primer lugar, a la procedencia heideggeriana, por un lado, y a la crítica de la subjetividad parafilosófica, en el marxismo y el freudismo, por otro lado, que serían coronados por el estructuralismo, dice el filósofo francés, autor de la Esencia de la manifestación. Henry retoma asimismo las famosas descripciones del filósofo de Friburgo sobre la depredación de la Tierra por la Técnica. Y ésta comporta una sumisión incondicional del hombre vuelto Sujeto del todo del ente vuelto objeto del sujeto dispuesto frente a él, convirtiéndose en siervo de este nuevo Señor o Señora, la Técnica ubicua y omnímoda. El filósofo francés dice que no se puede desentrañar este enredo metafísico sin atender a las problemáticas filosóficas de la subjetividad en Descartes y Kant. Y es el alemán quien refiere el ser de todo ente al Sujeto, donde este torna a ser un objeto que le niega todo ser posible. El filósofo de la crítica de la razón pura no sabe si el sujeto de su filosofía existe, y de existir, en qué consiste. La Crítica del Paralogismo de la Psicología racional es, de hecho, la crítica radical del ser de ese sujeto. Y si se pudiera hablar de él habría que decir que el sujeto kantiano es una representación intelectual; esto significa que yo pienso equivale a “yo me represento que pienso”. El sujeto es asimilado a ser un mero objeto de representación. Nunca contiene por sí mismo la realidad. Así el sujeto arrojado fuera de la existencia es el sujeto de la representación. Y ésta consiste en el puro hecho de poner delante, en tanto apertura de un Afuera que es el mundo como tal. De aquí que la subjetividad del sujeto de la filosofía del sujeto es la objetividad del objeto. Y la representación es aquí la esencia de la fenomenalidad. Y la representación es la esencia vacía e inane del ser. De lo que se desprende que la deconstrucción del sujeto para la filosofía kantiana del sujeto, es una autodeconstrucción; una autodestrucción. La conclusión en este punto es que la esencia del sujeto kantiano, es decir, del ser, no puede consistir en la representación. Tras estas huellas el salto de Heidegger incurrirá en una equivocación más impresionante pues en él hay una identificación de manera explícita y reiterada del “yo pienso” con un “yo me represento”. Y aquí, como en Kant, prima esta exteriorización según la cual llegar al ser consiste en el despliegue original de la exterioridad y es idéntico a ella, porque ser quiere decir aquí aparecer y el aparecer en ese despliegue y por él es sólo la exteriorización de la exterioridad, como la Apertura del Abierto que es la luz del mundo y el mundo mismo. La luz de la representación es la luz del mundo; su objeto el fenómeno griego. Así, tal como Heidegger comprende el ser, la esencia de la representación es su nacimiento, y la crítica de la filosofía del sujeto que acomete es su simple e inútil repetición. La filosofía de Heidegger, dice Henry, es una aceptación y una afirmación explícita de la identidad última entre la esencia del ser y, sin duda, no la representación pero sí su esencia. De donde la filosofía del sujeto aquí también se convierte en metafísica de la representación. Remata su crítica Henry diciendo que la filosofía es un enfoque de la realidad que habitualmente se toma por la realidad, confundiendo el proceso del pensamiento con el de la realidad. Equívoco metafísico milenario que se inició con la identidad de ser y pensar en Parménides, ascendió a su cima de Espíritu Absoluto en Hegel, y aquí está encubriéndose y desencubriéndose en la identificación de ser, pensar y nada en Heidegger. Es algo de lo que Descartes, antes del final de la Segunda Meditación Metafísica trató de salvar, apuntando a fundar el conocimiento y a través suyo la ciencia. El malestar metafísico “cartesiano” reside en preguntarnos como el cogito, proveniente de la crítica radical de todo tipo de evidencia, puede ser él mismo una evidencia, y, lo que es más, una evidencia “cierta”, a tal punto que todo descanse en ella. Esto se salva si se considera que el cogito designa la realidad, y no su manera de verla o conocerla; el cogito no tiene nada que ver con un proceso de pensamiento, ni con el pensamiento mismo. Cogito significa muchas cosas, salvo yo pienso. Cogito designa en todo lo que aparece, y en el aparecer puro, que Descartes llama pensamiento, lo que se aparece inmediatamente a sí mismo. Subjetividad es la inmediación patética del aparecer, en tanto que auto-aparecer, de manear que en ese abrazo patético del aparecer en s aparecerse original, ningún aparecer –como el aparecer extático del mundo- aparecerá jamás. Sentimus nos videre, contra la duda hiperbólica, es la frase metafísica clave de Descartes, retomada como clave de esta esencia de la manifestación de Michel Henry. Habiendo considerado inicialmente que el ver es dudoso, esto se entiende únicamente si no existe ningún ver en el sentir originario por el que el ver se siente viendo.  Y aquí, conclusivamente, a vueltas con el realismo de la inmediación, Henry dice que Descartes se está refiriendo a la afectividad como inmediación, como esencia originaria de la subjetividad. Y si distorsiona este saber originario será porque la interpretará, contrariamente, como un disturbio que le ese ocasionado por una causa ajena. ¿Por qué? Porque el pensamiento es la luz, la luz de la representación, la luz del mundo, la luz donde brillan las cosas y sus figuras geométricas, la luz griega. Así, desde su comienzo, desde su acta de nacimiento, la abortada filosofía del sujeto lleva inscrita la tara que todas las críticas del sujeto irían a desarrollar y llevar a su punto extremo: el objetivismo absoluto, ya sea el ingenuo objetivismo de las ciencias y, en partircular, el de las ciencias humanas o el también heideggeriano ek-stasis del ser, que sin que lo sepan, les sirve de fundamento.



domingo, 6 de octubre de 2019

TP N°11: Heidegger



Metafísica UNT
Trabajo Práctico sobre Martin Heidegger (1). Sobre Superación de la metafísica y El final de la filosofía y la nueva tarea del pensar

Superación de la metafísica
Tesis 1: La metafísica, tradicionalmente entendida, no subsiste, pues ya está superada. Y la superación de la metafísica sólo acontece en la instancia en la que la historia del ser revela su esencia. La palabra “metafísica” está clásicamente pensada como la verdad del ente, entendida en cuanto acaecer propio todavía oculto pero sobresaliente del olvido del ser. La metafísica, como tal, pertenece al pasado del pensar cabalmente filosófico.
Antítesis 1: La metafísica como filosofía primera, desde Aristóteles a nuestros días subsiste hoy en forma vigorosa y rigurosa a condición de una renovación de los principios fenomenológicos con la que se aborda. Lo que es preciso superar es esta “fenomenología del mundo” que atraviesa el pensar metafísico desde los griegos hasta Heidegger y seguidores, para transmutar en una “fenomenología de la vida”, que postula como grave falta del pensar el olvido de la vida no el “olvido del ser”. La vida es autoevidente; es lo más manifiesto, la esencia de la manifestación, y la que hace manifestar todo lo que se manifiesta, como enseña Michel Henry. De allí que la metafísica hoy subsiste no como “superación de la metafísica”, a la Heidegger, sino como superación de esa superación.

Tesis 2: La superación de la metafísica, dice Heidegger, se expresa en el hecho de que el hombre como animal racional, el ser vivo que trabaja, vaga errante por la desertización de la tierra (algo que hoy se advierte flagrantemente en la tormenta perfecta del calentamiento global y el ecocidio en ciernes, véase como ejemplo reciente el incendio del Amazonia en 2019). La metafísica, sostiene Heidegger, se manifiesta a partir del ser mismo. Y la superación de la metafísica tiene lugar en tanto torsión del ser. Y es en el trabajo (ver El trabajador de E. Jünger, apunta Heidegger) donde se accede al rango metafísico de la objetualización incondicionada de todo lo presente que despliega su esencia en la voluntad de la voluntad (Wille zur Wille). Y si esto es así, añade, estamos ante el ocaso de la verdad del ente, y en él se consuma el acabamiento de la Metafísica.

Antítesis 2: Estas tesis heideggerianas del acabamiento de la Metafísica; del estar ya fuera de ella, hace depender la pertinencia de un pensar y un preguntar por el sentido del ser del “ser”, del estar clavado en el ser mismo y propio. Emmanuel Levinas ha denunciado en su obra juvenil ya programática De la evasión (1935), que es preciso salir del ser por otra vía, pues “toda civilización que acepta el ser, la desesperación trágica que comporta y los crímenes que justifica, merece el nombre de bárbara».

lunes, 30 de septiembre de 2019

jueves, 26 de septiembre de 2019

Trabajo Práctico Nº 10 bis: Contrapunto Bueno - Rosenzweig

Metafísica 2019
Trabajo práctico Nº 10 bis

Contrapunto– Bueno – Rosenzweig
Textos: Bueno, "¿qué es la filosofía?" y Rosenzweig, "Lo humano, lo divino y lo mundano"

Tesis 1:
La filosofía es de cuna helénica

Antítesis 1: 
La filosofía es judeo cristiana


Tesis 2: 
La filosofía es sistemática y dialéctica.

Antítesis 2:
La filosofía es dialógica


Tesis 3:
La razón y la fe no se vinculan, pues la filosofía es un conocimiento de segundo grado a partir de la ciencia. 

Antítesis 3: 
La relación entre Razón y fe se presenta como un vínculo entre filosofía y teología.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Trabajo Práctico Nº 10: F. Rosenzweig, La estrella de la redención

Metafisica 2019
TP Nº 10
Franz Rosenzweig, La Estrella de la redención (selección)
Primera Parte

1.
Tesis:
- La filosofía niega la muerte y afirma la totalidad donde no hay muerte
Antítesis:
- La vida individual y no la totalidad es el tema del pensar.

2.
Tesis:
- El ser humano para la filosofía es una idea
Atnítesis:
- El ser humano es la existencia individual

3.
Tesis:
- El mundo es la totalidad de lo que hay
Antítesis:
- El mundo es contingencia

A entregar via email hasta el miércoles 4/9/2019

Fabián

martes, 27 de agosto de 2019

martes, 20 de agosto de 2019

temario del primer examen parcial 2019

Estimadxs: para el primer examen parcial el temario es:
1. Bueno, G. ¿Qué es la filosofía?
- El lugar de la filosofia en la educación.
- El papel de la filosofía en el conjunto del saber constituido por el saber político, el saber científico y el saber religioso de nuestra época.

fecha del examen: lunes 26 de agosto, instituto de epistemología, 8.30 hs

Fabián

domingo, 11 de agosto de 2019

Trabajo Práctico Nº 9: Bueno, G. "Subsiste la metafísica hoy?"

Trabajo Práctico  nº 8 de Metafísica UNT
12 de AGOSTO de 2019


¿Subsiste la Metafísica hoy? 
La negativa a la subsistencia de la metafísica por el materialismo filosófico de Gustavo Bueno

http://www.helicon.es/pen/7848488.htm
http://www.filosofia.org/aut/gbm/1995qf.htm#03 

¿Qué es la filosofía?[1]

Tesis 1:
La respuesta etimológico-psicológica de la cuestión ¿qué es la filosofía? sostiene, categóricamente, que filosofía es un amor al saber.

Antítesis1: La verdadera filosofía crítica, la del materialismo filosófico de Gustavo Bueno, responde, contrariamente, que la filosofía es algo más que un mero amor al saber; es un saber, por modesto que sea. No es un saber doxográfico o histórico, sino que es un saber acerca del presente y desde el presente. El verdadero filosofar es y debe mantenerse siendo, siempre, un saber actual y real, un saber del presente y para el presente.


Tesis 2: La filosofía es la madre de todas las ciencias. Es un saber de una “filosofía primera”, como la llama Aristóteles, o metafísica como se la llamó ulteriormente. Esta sólo presupone, para llevarse a cabo, los primeros principios para fundar todos lo saberes que de ella proceden, que son por ello “filosofías secundas”, como afirma el Estagirita. Y su aspiración es alcanzar un saber universal, necesario y eterno que conforme una “philosophia perennis”.

Antítesis 2: La filosofía, en su sentido estricto, dice Gustavo bueno, no es “la madre de las ciencias”. Ella es un saber de segundo grado, que presupone por tanto otros saberes previos, “de primer grado” saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos…). La filosofía presupone un estado de las ciencias y de las técnicas suficientemente maduro para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida.


Tesis 3: La verdadera filosofía ya constituye un sistema cerrado de conceptos, juicios y razonamientos, que conforman una enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio (ciencia de la lógica, filosofía de la naturaleza y filosofía del espíritu), como en Hegel, ya constituye un pensar existencial que recusa categóricamente que la existencia pueda reducirse a algún sistema, como sostiene Kierkegaard. Existencia y Sistema se contradicen.

Antítesis 3: La verdadera filosofía, filosofía crítica en sentido propio, sostiene 
Gustavo Bueno, es, sistemática y dialéctica. Sistemática en tanto su epistemología y gnoseología están orientados a la teoría del cierre categorial, que fundamenta desde la ontología del materialismo filosófico, la legitimidad cabalmente científica de cada ciencia (las ciencias existen en plural, no en singular), que es el saber de primer grado, a partir del cual podrá avanzar la definición y determinación de la verdadera filosofía. Y es dialéctica, como pasa en el saber político, en tanto y en cuanto su pensar piensa siempre, y cada vez, contra alguien.


Tesis 4: La aspiración filosófica a constituirse en un saber universal, eterno y necesario se asienta en la pretensión ontológica y lógica (onto-teo-lógica tal como se la denominó), enraizada, a su vez, en la identificación monista, esencialista e idealista de Parménides de la unión de ser y pensar; estando este último, por su parte, subsumiendo al decir. A pesar de su crítica a la onto-teo-logía, la ontología fundamental y “existencial” de Martin Heidegger, queda apresado en la cuna griega (presocrática), y en su “repetición” (Wiederholung) originaria en el pensar esencial germánico. De allí que para el pensador de Friburgo sólo se podría filosofar ya en griego (presocrático), ya en alemán (posheideggeriano).

Antítesis 4: La posición del materialismo filosófico de Gustavo Bueno, a este respecto, es que la verdadera filosofía (crítica, sistemática, dialéctica y actual -del presente y para el presente-) sólo puede operar legítimamente desde una lógica material y dialéctica. La cual, a su vez, está enraizada en una cultura particular y una lengua singular, determinadas. El gremio de los profesores hispanoamericanos de filosofía cree (aun en 1985 en Oviedo, España… o en el 2019, en Tucumán, Argentina, por ejemplo) que filosofar es leer desde el alemán, el inglés o el francés; o desde sus traducciones, glosas o comentarios. Lo que ignoran culposamente estos “profesores de filosofía” es que la filosofía no es una forma de pensar que pueda proceder (como las Matemáticas o la Química) por vías diferentes del lenguaje nacional en el que se expresa. Sobre la filosofía “en español” reina un silencio sepulcral, dice. Por una especie de “síndrome de Estocolmo”, dice Bueno, el gremio de los profesores de filosofía (en el secundario o en la universidad hispanoamericanos) se tapan los oídos ante todo cuanto pueda ofrecerse desde el español y sobreestiman lo que pueda oírse en otras lenguas.


Tesis 5: Desde la cuna helénica o platónica sabemos que toda filosofía es, a la vez, educación (Paideia) y política (Politeia). Su diálogo sobre la República (Politeia) es el primer tratado que conjuga y entreteje dialécticamente la formación del hombre (Anthropos) y la del ciudadano (Polités). Y el fin propio asi pretendido es constituir una “república de los filósofos”, y la república ideal gobernada por el “rey filósofo”.

Antítesis 5: Esta aparente tautología, dice Gustavo Bueno, de exigir la educación en filosofía estricta en el seno de la cultura que la hace posible, encubre cuestiones muy comprometidas. Una de ellas es referirse a la educación como independiente de la filosofía, es la llamada educación del hombre,en general, el hombre de la abstracta e irreal Declaración de Derechos Humanos (de la Revolución Francesa a 1948), sin determinación de lengua, religión, sexo, etcétera. Un segundo problema es cuando se refiere a la educación del ciudadano, o sea, vinculada a un Estado, una cultura, una lengua, etcétera, y aquí, si la independencia de la educación respecto de la filosofía se refiere a la filosofía en el sentido institucional (a la filosofía de profesores) o bien a la filosofía en el sentido mundano.


Tesis 6: El término filosofía se dice de muchas maneras. El modo canónico de cuna helénica, ya referido, alude a un amor al saber universal, necesario y eterno. Esta es la ya aludida filosofía primera o metafísica aristotélica; una filosofía exentade todo compromiso con lo temporal, lo corporal, lo sensible o lo físico. Es la tradición filosófica clásica, valiéndose de una intuición arquetípica, de ayer a hoy, privilegia la esencia sobre la apariencia, la eternidad sobre la temporalidad, la necesidad sobre la contingencia y la universalidad sobre la particularidad o singularidad, lo uno sobre lo múltiple.

Antítesis 6: La filosofía verdadera y en sentido estricto, para el materialismo filosófico de Gustavo Buena, no es exenta, sino implantada o incursa en el presente en marcha (social, tecnológico, político, científico, etc). Presente social, no individual. Presente no formal y egocéntrico, sino material e histórico El presente está siempre inmerso en una época. Y una época es una sucesión de presentes. Es materialista no idealista, esencialista o espiritualista.









[1]¿Qué es la filosofía? El lugar de la filosofía en la educación. El papel de la filosofía en el conjunto del saber consituido por el saber político, el saber científico y el saber religioso de nuestra época.; Pentalfa, Oviedo, 1995

domingo, 30 de junio de 2019

Trabajo Práctico Nº8: Gustavo Bueno, El lugar de la filosofía en la educación

Metafísica
1 Julio de 2019
Trabajo Práctico Nº 8 Subsistencia de la Filosofía
Gustavo Bueno El lugar de la filosofía en la educación
http://www.helicon.es/pen/7848488.htm 
Tesis 1La filosofía es un amor al saber. Es un saber de primer grado, madre de las ciencias. Su enseñanza por el gremio de profesores del secundario y de la universidad consiste en la exposición histórico-doxográfica, esta expone filosofías como las de Platón o Aristóteles, y “filosofías étnicas”, como la filosofía alemana, la filosofía francesa, la anglosajona; pero reina un silencio sepulcral sobre la filosofía española.
Antítesis 1.La filosofía no es un mero amor al saber, sino un cierto saber. El filósofo debe ser en cierto modo un sabio; y nadie que no sea un majadero puede llamarse a sí mismo filósofo. La filosofía es un saber de segundo grado, pues presupone saberes previos (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos…). La filosofía no es madre de las ciencias; presupone un estado de las ciencias y de las técnicas suficientemente maduro para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida. La filosofía no es una forma de pensar que pueda proceder (como las Matemáticas o la Química), por vías diferentes del lenguaje nacional en el que se expresa. Eso significa que si el gremio de profesores que enseña filosofía se dedica a usar traducciones del alemán, o traducciones de traducciones, eso significa que es una filosofía vacía.

Tesis 2La filosofía es la exposición de las ideas que se le ocurren al filósofo. Su vocación a la universalidad, la necesidad y la eternidad la eleva a la categoría de filosofía perenneo supratemporal. Es un saber especulativo, idealista, esencial, desinteresado y espiritual; desvinculado de todas las realidades y compromisos con lo contingente, con lo temporal o terrenal. Estas se denominan “filosofías exentas” de todo vínculo con lo material o real.

Antítesis 2:La verdadera filosofía es sistemática y dialéctica. En tanto dialéctica impugna todos los otros saberes que pretenden definirla; filosofar es siempre así pensar contra alguien; y es sistemática en tanto articula con rigor sintáctico o conceptual el elenco exhaustivo de legítimas respuestas filosóficas posibles; presuponiendo los saberes científicos o de primer grado de los que se nutre. Y la filosofía cabal es del presente y sobre el presente; no es un saber doxográfico o histórico ni un “saber” imaginado a futuro. Es un saber dialéctico, sistemático y crítico.


viernes, 21 de junio de 2019

Trabajo práctico Nº 7: poshistoria de la esperanza (II)

Principio Misericordia. La Poshistoria o Metahistoria de la Esperanza. El Apocalipsis, el Anticristo y el fin del tiempo desde el fin del mundo

Tesis 1:
El sentido de la historia sólo se concibe desde la revelación profética del fin último. El Apocalipsis es, precisamente, el libro que da las últimas noticias de lo que acontecerá en el Futuro Absoluto; el libro esjatológico, sin más. Es el libro profético que da cuenta del abrazo entre Esperanza y Fe; en él se da la “sustancia de las cosas que esperamos” y “el argumento de lo que no se ve”; el abrazo de lo futuro y de lo invisible, tal como dice san Pablo (Hb, 11,1). Y en ello reside la signatura teológica de la historia y de la historicidad.
Antítesis 1:
La historia es un cuento contado por un idiota lleno de ruido y de furia, dice Shakespeare. Todas las historias son válidas porque ninguna lo es. El historicidio da razón de la sinrazón o del absurdo de toda historia, de todas las historias. No existe razón o causa final que oriente la historia o las historias. Hay tantas causas finales de la historia como historiadores, como filósofos de la historia, como biografías de hombres de carne y hueso. No existe razón de la Fe y de la Esperanza; lo invisible y lo futuro son inescrutables.

Tesis 2: 
Del principio al fin de los tiempos y de las historias entrechocacan el misterio de la salvación (mysterium salutis) y el misterio de la iniquidad (mysterium iniquitatis). En la metafísica y en el filosofar de la historia confrontan la piedra del escándalo del misterio del mal y el Bien, como sol de las Ideas. De allí que el filosofar indague en el abismo (la falta absoluta de fundamento) de lo que está en el primer principio (arjé) y en el último fin (ésjaton). En Metafísica y en Filosofía de la Historia se da el inexcusable maridaje entre Arjeología y Esjatología, como lucha cuerpo a cuerpo del Sentido o del Absurdo finales.
Antítesis 2: Del principio al fin de los tiempos y de las historias impera el absurdo, el sinsentido y la sinrazón. La metafísica y la filosofía de la historia, bajo este imperio del absurdo y la irracionalidad, está signada por un razonar más allá del bien y del mal. Filosofar sobre los misterios, sean de la salvación como de la iniquidad, es como afirmar que existe un círculo cuadrado; hablar del “fin de los tiempos” y del “fin del mundo” o “fin de la historia” es una petición de principio de que existe un sentido del tiempo y del mundo o de la historia, que es lo que hay que demostrar.

Tesis 3:
“Últimas noticias sobre el Anticristo” es un opúsculo que da cuenta de la lectura del Apocalipsis que hacen dos jesuitas, Manuel Lacunza (siglo XIX) y Jorge Bergoglio; el papa Francisco (siglo XXI), “llegados del fin del mundo”. La obra de Lacunza es editada por Manuel Belgrano en 1816, dando la pauta de que no habría constitución de una unidad política (sea monárquica, sea republicana) sobre el suelo argentino, sin contar con una esjatológica “sustancia de lo que esperamos”. Y el sacerdocio corrupto forma según el jesuita chileno la corporación anticrística que conspira contra ello. En el siglo XXI, el papa Francisco, enarbolando los principios cristianos de la Fraternidad, la Compasión y la Misericordia, interpreta análogamente que en la trama de la historia, todos somos pecadores, pero los corruptos son el Anticristo; la corporación anticrística milita en pro del misterio de la iniquidad; y los santos por el misterio de la salvación.

Antítesis 3:
Cristo y el Anticristo son supercherías ideológicas, opios para el pueblo, que nublan la mente; y alienan en el cielo las cosas de la tierra; roban para “Dios” la esencia de lo humano. La constitución de los estados, las naciones y los imperios son y han sido siempre la descarnada lucha del poder por el poder mismo. Se entienda ésta ya como lucha de clases, sea entendida como la pugna de voluntades de poder o enfrentamiento de los superhombres, sea entendida como el poder neutro de las estructuras en que el hombre ha muerto, y solo viven las estructuras. Así como no hay fin del tiempo, ni juicio final, ni Cristo ni Anticristo, tampoco hay historia ni metafísica cristiana o anticristiana.

domingo, 9 de junio de 2019

Trabajo práctico Nº 6: Cultura o barbarie, la poshistoria de la esperanza

Tesis:
- la pregunta filosófica por antonomasia es la pregunta por el fin de la historia, quien quiera filosofar sobre la historia tiene que mirar al futuro.

Antítesis:
- La pregunta filosófica por antonomasia no es la pregunta por el fin de la historia, no es preciso pensar en el futuro como una meta.



lunes, 27 de mayo de 2019

Trabajo práctico Nº 5: Cultura o barbarie, la historia del amor.

Tesis 1: Toda historia es historia de la guerra de todos contra todos. La historia de la década del 70 en Argentina es la historia ensimismada y fratricida; historia del odio del hombre como lobo del hombre. Es la historia del amor a sí mismo malo; en que los hombre se aman a sí mismo hasta el desprecio de Dios y el desprecio del prójimo como de sí mismo.

Antítesis 1: Toda historia está motorizada por el principio del amor fraterno, en que a todo hombre se le manda ser guardián de su hermano. Y la década del 70 en Argentina, por detrás y por debajo del odio homicida, impera el amor al prójimo como a sí mismo. Es la historia de la otra Argentina, la Argentina del otro; ciudad del amor a sí mismo bueno, amando a Dios y al prójimo como a sí mismo (principio fraternidad) y despreciando al odio al otro.

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Tesis 2: La dictadura militar del Proceso, avalada y bendecida por la jerarquía de la Iglesia Católica, libró una guerra sucia, pero santa, para librar a Argentina de la amenaza del subversión apátrida, salvaguardando al Occidente Cristiano. Los crímenes de la dictadura militar se hacían
 en nombre del Evangelio de Cristo.

Antítesis 2: El pueblo argentino y parte del Episcopado Argentino, en aras del verdadero Evangelio, luchó y se resistió contra la dictadura militar de los años 70, en nombre de la memoria, la verdad y la justicia. Encarnando y expresando el Principio Compasión.

domingo, 19 de mayo de 2019

Trabajo práctico Nº 4: Cultura o Barbarie. La protohistoria de la fe.

Cuestión disputada:
Tesis: Para salir de la tragedia educativa y política o democrática, es necesario volver a la sustancia o esencia cristiana de la vida democrática.
Antítesis: Para salir de la tragedia educativa y política o democrática, no es necesario volver a la sustancia o esencia cristiana de la vida democrática.

martes, 14 de mayo de 2019

Suspensión de clase teórica

Estimadaxs: debido a que el aula 209 funcionará de cuarto oscuro para las elecciones estudiantiles se suspende la clase teórica del miércoles 15 de mayo.

F

viernes, 10 de mayo de 2019

Trabajo Práctico Nº 3: Cultura o barbarie. El Papa Francisco y las grietas (I)

Cuestión disputada a realizar el lunes 13 de mayo de 2019.

Ruiz Pesce, Ramón E., "Cultura o barbarie. El Papa Francisco y las grietas."

Tesis: Las grietas en que estamos expresan la encrucijada existencial de optar por la vida y el bien o por la muerte y el mal. 
Antítesis: Las grietas en que estamos no expresan la encrucijada existencial de optar por la vida y el bien o por la muerte y el mal. 

lunes, 29 de abril de 2019

Observaciones sobre TP Nº1 (cont.)

Estimadas: efectivamente, era como uds. decían. En el TP tienen que colocar, por cada respuesta a cada pregunta, el listado de argumentos a favor y en contra y la respectiva síntesis, ésta sí, personal. A entregar antes del sábado 6 de mayo de 2019 a las 22 hs.

F

lunes, 15 de abril de 2019

Trabajo Práctico Nº1: Preguntas iniciales

Metafísica: TP nº 1

1- ¿Creo que la metafísica subsiste?
2- ¿La metafísica es judeocristiana?
3-  A- ¿Que es la metafísica?
     B-  ¿La metafísica es una fenomenología de la vida?  
4- ¿Creo que existe un principio primordial, y un fin último? 
5- De donde venimos y a donde vamos:¿se contesta con la revelacion, redención, etc? 
6- A- En que consiste para mi el tiempo: ¿Es finito o infinito? 
    B- ¿Existe un fin del tiempo? 
    C- ¿Existe el fin del mundo? 
    D- ¿Existe un juicio final? 
7- A- ¿Creo que sé, apodicticamente, quien soy yo? 
    B- ¿Creo que soy espíritu? 
    C- ¿Creo que soy carne? 
    D- ¿Creo que soy espíritu encarnado? 
8- A- ¿Creo que hay vida después de la vida? 
    B- ¿Creo que hay cielo? 
    C- ¿Creo que existe la resurrección personal? 
    D- ¿Creo que existe la reencarnación? 
9- ¿Creo que existe el mal absoluto? 
10- ¿Creo que existe el ideal realizable de una comunidad política? 
11- A- ¿Creo que la verdad nos hace libres? 
      B- ¿Creo que la libertad nos hace verdaderos?. 

jueves, 28 de marzo de 2019

Programa Metafísica 2019

Facultad de Filosofía y Letras – UNT 
Programa Metafísica 2019 (Anual) – 100 horas
Prof. Titular Dr. Ramón E. Ruiz Pesce
Prof. Adjunto: Lic. Fabián Vera del Barco


Metafísica más allá de Atenas y Jerusalén
-Vida encarnada: Del amor a la sabiduría a la sabiduría del Amor-

Materia regularpara el Trayecto de Formación General.
Año 2019 Anual (100 horas)

Fundamentación y objetivos de Metafísica 2019El objetivo primordial en esta propuesta de materia optativa es brindar una aproximación y una ejercitación en la discusión de textos fundamentales que hacen a elucidar las cuestiones de la subsistencia, de la esencia y de la consistencia actuales de la metafísica.
1)    Subsistencia actual de la metafísica: Si subsiste hoy la Metafísica se dirimirá en la instancia problemática de cómo se encuentra la Metafísica después de la destrucción, de la deconstrucción, del abandono y del final definitivo decretado a la Metafísica. Sea desde la ontología fundamental de Martin Heidegger, y epígonos, sea del materialismo filosófico, ateo católico y español de Gustavo Bueno, y su escuela filosófica de Oviedo. Y revisar, a continuación, concomitante y críticamente, la reafirmación de la Metafísica tras el final de la Metafísica que ensayan Fernando Inciarte y Alejandro Llano, por un lado, y la recuperación de la idea de la metafísica, desde la hermenéutica del sentido actual de la metafísica hecha por Jean Grondin, por otro.
2)    Esencia de la metafísica:La cuestión de la esencia de la metafísica se abordará desde la metafísica judeocristiana, más allá de Atenas y Jerusalén. Y como cifra y símbolo de ella, entender la Metafísica como Fenomenología de la Vida según Michel Henry
3)   Existencia de la metafísica:
Para acometer el objetivo primordial, tratada luego de las cuestiones introductorias precedentes, se afrontará un cuestionamiento vivencial y existencial de alumnos y docentes de Metafísica 2019 en la UNT, en un elenco de otras inquisiciones metafísicas  fundamentales que se pueden plantear a la misma Metafísica: la cuestión del primer principio y el último fin (arjeología y esjatología), la cuestión del origen, estancia y destinación del viviente desde la metafísica judeocristiana; la cuestión del ser para la vida o del ser para la muerte; la cuestión del tiempo finito (cronos) o del tiempo infinito (kairós); la cuestión de cómo debemos convivir políticamente; la cuestión del espíritu y de la carne (del saber de sí mismo por la carne subjetiva); la cuestión de si hay vida después de la vida (resurrección, reencarnación, inmortalidad personal, vida eterna… o qué); la cuestión del principio fraternidad, la fe y la creación; la cuestión del principio compasión, el amor y el evangelio; y la cuestión del principio misericordia, la esperanza y el Apocalipsis.
Metodología de la materiaLa metodología, en esencia, consiste en la ejercitación de cuestiones disputadasen cada acápite; esto significa la discusión y crítica de los textos fundamentales en el ejercicio de comprensión, crítica e interpretación de dichos textos, en la puesta en común de la “disputatio”, reglada ésta, a su vez, por el doble conjunto de una “lógica” y de una “ética” de la disputa. La lógica connota las tres reglas semióticas de la sintaxis, la semántica y la pragmática; y la ética connota las tres reglas de la acción disputante en el trípode normativo del respeto incondicional por el otro, la escucha o la lectura respetuosa y diligente del texto o de la lectura del otro, y el hablar o escribir con respeto, diligencia y claridad al otro.


Programa:
Introducción:Sobre la Metafísica, más allá de Atenas y Jerusalén, hoy
     I.- ¿Subsiste hoy la Metafísica? ¿Hay metafísica después de la destrucción de la metafísica?
1.    Dos impugnadores de la metafísica, y sus escuelas y secuelas
a.    La Metafísica después de la destrucción de la Metafísica concebida por Martin Heidegger. Pensar metafísico y dialéctico actual contra Martin Heidegger
b.    La Metafísica después del materialismo filosófico, del ateo católico y español Gustavo Bueno. Pensar metafísico y dialéctico actual contra Gustavo Bueno
2.    Dos posiciones reafirmadoras de la metafísica hoy: 
a.    Fernando Inciarte y Alejandro Llano; Metafísica tras el final de la Metafísica. Pensar metafísico y dialéctico actual contra Inciarte y Llano
b.    Recuperación de la Idea de Metafísica desde la hermenéutica actual de la propia idea de metafísica, según Jean Grondin

II.-Esencia de la Metafísica ¿Qué es hoy la Metafísica?La metafísica judeocristiana, más allá de Atenas y Jerusalén. La Fenomenología de la Vida según Michel Henry

III.- Existencia de la Metafísica ¿En qué consiste hoy la Metafísica? ¿Amor al saber o saber del Amor? La destinación judeo-cristiana de la Metafísica de la Vida como sabiduría del Amor. De San Pablo y San Juan a Franz Rosenzweig, Emmanuel Levinas y Michel Henry y Jean Luc Marion. 

Desarrollo: Problemas fundamentales de la Metafísica actual
                                               i.     Principio primordial y Fin Último¿Creo queexiste un principio de todo y un fin último de todo? Metafísica como ArjeologíaEsjatología. Del Principio Primero y del Fin Último. Del Génesis al Apocalipsis. La metafísica del Cristianismo y el nacimiento de la filosofía cristiana.  Los elementos o el perpetuo antemundo: Dios, hombre y mundo, o los protofenómenos, facticidades y esencias del pensar filosófico viejo o lógico.
                                             ii.     ¿De dónde provenimos, dónde estamos y hacia dónde vamoslos vivientes? (De Franz Rosenzweig a Andrés Torres Queiruga). De la Creación, de la Revelación y de la Redención por Amor. La metafísica judeocristiana: De la estrella de David a la Cruz de Cristo y la Redención por Cristo. La Creación, o el fundamento perpetuo de las cosas. La ruta o el mundo siempre renovado. la Revelación y la Redención, o el futuro eterno del Reino.
                                            iii.     ¿En qué consiste para mí el tiempo? De Cronosal Kairós, del tiempo geométrico de la ciencia al tiempo cualitativo del amor. Del tiempo finito (M.Heidegger) al tiempo mesiánico, redentor e infinito (F.Rosenzweig). Ganar tiempo ¿Existe un fin del tiempo? ¿Existe un fin del mundo? ¿Existe un juicio final? Apocalipsis y Esjatología (de Antonio Piñero a Andrés Torres Queiruga)
                                            iv.     La carne y el espíritu ¿Creo que sé apodícticamente quién soy?¿Quién y cómo sé, con saber absoluto, que estoy viviendo? El problema de la encarnación y la autoafección: Yo mismo (mi ipseidad); desde mi carne subjetiva, me experimento viviendo, y sé con saber apodíctico de mi vida. La encarnación de DiosSer cristiano. La metafísica cristiana como prolegómenos para una cristología futura (Hans Küng). Filosofía y Fenomenología del cuerpoFenomenología materialcomo fenomenología de la vida y Encarnación(M. Henry) 
                                             v.     ¿Creo que hay vida después de la vida? ¿Creo que existe el cielo? ¿Creo que hay un juicio final? ¿Creo que hay un fin del mundo? Cuestioness metafísicas de la Resurrección, la Vida Eterna, la Inmortalidad. La vida más allá de la muerte. La vida más allá de la vida: ¿resurrección? ¿reencarnación? ¿o qué? Morir en paz: La muerte, un amanecer(E.Kübler Ross). La vida y las cuestiones últimísimas (De novissimi, o de la Esjatología en la Arjeología metafísica). Pensar la muerte(Santo Tomás Moro). Ars moriendi: La muerte y el arte de vivir. El propósito no es morir bien sino vivir bien; vivir la vida buena. No se trata de vivir para morir sino de morir para vivir ¿Cómo vivir para morir bien? Morir alegre. Muerte e inmortalidad del alma; el juicio de Dios o la esperanza gloriosa del cielo. La resurrección, o el Amor de Dios que mata la muerte. Vida finita o Vida Eterna. Del ser-para-la-muerte (M.Heidegger) al ser contra la muerte. (F. Rosenzweig/E. Levinas). Sentimiento trágico de la vida. Inmortalidad y resurrección de la carne (De Kierkegaard a Unamuno). Muerte y supervivencia: Del ordo amorisa esencia y formas de la simpatía (Max Sceler)
                                            vi.     ¿Creo que existe el mal absoluto? ¿Por qué el malRecuperar la salvaciónRepensar el mal. Del terror de Isaac al Abbá de Jesús (A. Torres Queiruga). El Dios bíblico como creador de la felicidad. Jesús como identidad de Dios con el dolor humano. El pecado original como trasfondo oscuro y la redención como epifanía de la felicidad. El mal como dolor de Dios
                                          vii.     ¿Creo que existe el ideal realizable de una comunidad política? ¿Cómo debemos convivir políticamente? La cuestión de la comunidad política. Esjatología, Mesianismo y Política. Mesianismo y Razón (H. Cohen); Esjatología y Apocalíptica Occidentales en Jacob Taubes; Difícil comunidad (M. Henry) Hans Küng: Proyecto de una Ética Mundial: no hay paz mundial sin ética religiosa, y Una ética mundial para la economía y la política. No hay paz religiosa sin diálogo interreligioso. Raimon Panikar; Paz y desarme culturalPaz e interculturalidad –Una reflexión filosófica-.
                                         viii.    ¿Creo que la verdad nos hace libres (san Juan) o que la libertad nos hace verdaderos(G.W.F.Hegel). La esencia de la libertad humana según Schelling (M. Heidegger). Del hombre como medida de todas las cosas (Protágoras) y de Dios como medida de todas las cosas (Sócrates) a Yo soy la Verdad –Para una filosofía del Cristianismo- (M.Henry)
                                            ix.     Génesiso Arjeología como la Protohistoria de la Fe, o el Principio Fraternidad, el principio olvidado.
                                             x.     Evangeliocomo Historia del Amor y los amores, o el Principio Compasión. La parábola del buen samaritano. Justicia y Paz. Las metamorfosis de la Ciudad de Dios o la lectura política del Evangelio.
                                            xi.     Apocalipsiscomo Poshistoria de la Esperanza, o el Principio Misericordia. ApocatástasisTikkum Olam(De Orígenes a Franz Rosenzweig). Como reparar el mundo: Historicidad, ruptura y Tikkum Olam. Desde Rosenzweig a más allá de Heidegger (E.Fackenheim)


Bibliografía:    
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Nuevas indicaciones para el trabajo final de metafísica 2020

  Hoja de estilo para la elaboración de ensayos académicos   [1] Número de palabras: hasta 2.500 y no menos de 2.000, incluyendo la bibliogr...